Hacia una economía inclusiva, sustentable y emprendedora
julio de 2009, porCristian Bergmann
“Lo único constante es el cambio” Heráclito
Desde el año pasado vienen cayendo algunos viejos postulados de la economía tradicional. En ese escenario adquiere importancia la idea de que la economía tiene que estar verdaderamente al servicio de la sociedad, y que debe haber reglas éticas que rijan algunos comportamientos del mercado.
Ante esto, la actividad emprendedora tiene una gran posibilidad de convertirse en un factor catalizador de las economías de todo el mundo. La innovación, flexibilidad y capacidad de aprovechar oportunidades de los pequeños emprendedores pueden ser un pilar fundamental en la reactivación de un sistema económico mundial, que hoy se encuentra en recesión.
La ruptura de estos paradigmas nos brinda una gran ocasión para el desarrollo de una sociedad más justa, ya sea desde el punto de vista cuantitativo del ingreso y el producto nacional, como del aspecto cualitativo referente a la realización personal del ser humano como factor de transformación y generación de riqueza. El trabajo dignifica a la persona y contribuye a la economía real.
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