La juventud peronista tuvo su acto masivo y le pegó a Macri, a Magnetto y a los intendentes

Colmaron el Luna Park, en una demostración de fuerza inédita en las últimas décadas, que tuvo como testigo principal a un desmejorado Néstor Kirchner, reaparecido tras la intervención quirúrgica del último sábado y a la presidenta, quien cerró la jornada con un discurso cubierto de citas históricas y reivindicaciones. Fue una de las pocas demostraciones de fuerza propia del matrimonio presidencial.Como nunca tal vez en los últimos 30 años, la juventud peronista, ahora en sus distintas vertientes kirchneristas, protagonizó un acto masivo que sirvió para ratificar su ascendencia con el matrimonio presidencial y marcar también su peso específico en ese espacio.

Fue, además, el marco para que Néstor Kirchner vuelva a mostrarse en público tras la intervención del último sábado, cuando fue otra vez víctima de una afección en su carótida. El ex presidente se mantuvo en el escenario junto a la presidenta, quien, con su estilo, lo reemplazó en su rol original de recitar el discurso de cierre.

Kirchner sólo se movió de su silla para abrazar al legislador porteño Juan Cabandié, presidente del JP y encargado de abrir la lista de oradores, a la que sólo se agregó Andrés “Cuervo” Larroque, referente de la agrupación juvenil La Cámpora.

Además de esos dos sellos, en el Luna Park se exhibieron banderas de la juventud sindical, Colina, la línea interna de Alicia Kirchner; el Movimiento de Unidad Popular (MUP) y alguna que otra fracción de estos espacios.

Pero, quizá como nunca en otra acto del matrimonio K, los militantes convivieron sin problemas, excepto algún reclamo aislado por la altura de las banderas, subsanado por la propia presidenta.

Cabandié y Larroque levantaron las principales banderas de la Casa Rosada: el repudio a Mauricio Macri y al Ceo de Clarín, Héctor Magnetto; y, de pasada, una marcada de cancha a los intendentes, en tensión permanente con los K.

Al jefe de Gobierno le apuntó el legislador porteño, con acusaciones como que “en tres años no hizo ni un cordón cuneta”, o que su protesta por la toma de los colegios es “por la toma de conciencia de los alumnos”.

En un momento pareció advertir también al gobernador Daniel Scioli, ausente sin explicaciones y aún herido por el desaire público que le propinó Kirchner el jueves. Fue cuando dijo que no creía “que se acompañe hasta las últimas consecuencias. Vamos hasta las últimas consecuencias”.

Larroque fue más al grano: dijo que la 125 “se perdió por un voto, pero se ganó en la calle”, reivindicó medidas como la estatización de las jubilaciones y le lanzó un ultimátum al CEO de Clarín: “A (Héctor) Magnetto le vamos a dar un par de dolores de cabeza”, amenazó.

“Y al jefe de Gobierno le digo que es mejor que los chicos de 15 años hayan empezado a hacer política. No como él que empezó a los 40 años y con un padre millonario”, se burló.

El reconocimiento al jefe de la JP bonaerense, José Ottavis, fue acompañado de una mensaje a los intendentes del conurbano, de tensa relación con los Kirchner. "Que se la banquen los intendentes; no va a parar la transformación de la Argentina".

Guardó un párrafo nada conciliador para los intendentes del conurbano, socios ocasionales de los Kirchner. "Ahí está Jo

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